Por Leandro Compton Hall / Diario Ambito Financiero
El fondista Eulalio Muñoz creció en Gualjaina, un pueblo de poco menos de 1000 habitantes, ubicado en la parte oeste de la provincia de Chubut, a 85 kilómetros de Esquel, ciudad que adoptó a “Coco” y de donde atendió gentilmente a Ambito para hablar de su última participación en el Campeonato Mundial de Atletismo Oregón 20222 donde hizo historia. Tras su gran logro en los Juegos Olímpicos Tokio 2020, que se disputaron en 2021 por la pandemia y donde logró la mejor marca argentina de todos los tiempos en la Maratón. Aquella mañana en Sapporo el chubutense terminó en el puesto 31 tras correr los 42,195 kilómetros en 2 horas, 16 minutos y 35 segundos, el más rápido en la historia de los maratonistas olímpicos argentinos.
Unos meses antes, a fines de 2020, Muñoz había finalizado trigésimo en la Maratón de Valencia que daba clasificación al Mundial Oregon 2022. Para ello necesitaba igualar la marca de 2 horas 11 minutos y 30 segundos pero aquella mañana en España el chubutense necesitó 2 horas 9 minutos y 59 segundos para cruzar la meta y lograr uno de sus mayores obejtivos: competir en Eugene, la cuna del atletismo.
Llegó el momento, apareció la historia
Eulalio Muñoz llegó a Estados Unidos con un 32º puesto en Valencia en un tiempo de 2h 11m 56 y luego de una extenuante preparación que tuvo etapas en el frío patagónico y en la altura salteña de Cachi.
“Me preparé en Esquel durante el invierno y en los últimos 25 días nos fuimos a Cachi, en Salta, para entrenar en la altura y creo que dio sus frutos. Fue una preparación bastante exigente”, explicó Muñoz en diálogo con Ámbito.
“La altura nos ayuda, sobre todo por el clima. En Esquel estaba todo nevado y se hacía imposible entrenar. Elegimos la altura porque después se nos hace más fácil correr a nivel del mar, es como que ganamos un pulmón extra. Nos favorece”, contó.
Coco” cargaba con el historial argentino de no haber podido cruzar nunca la meta en un Mundial, pero eso no lo amilanó y no sólo terminó la carrera sino que además lo hizo con tiempo récord para las marcas del país. Pero el chubutense, con la tranquilidad y humildad que lo caracteriza explicó que “a Oregon fui con la idea de cumplir uno de mis sueños que era representar al país en un Mundial. Siempre la idea es correr lo más rápido posible, llegar lo más adelante que se pueda e intenté hacer eso. Salí a correr de entrada pero al final me caí un poco pero la verdad es que quedé muy conforme con lo hecho sobre todo después de mi comienzo de año que fue no tan bueno (contó con una lesión)”.
“Fue una buena carrera que me demostró que estoy recuperando el buen nivel que venía trayendo estos últimos años”, se entusiasmó después.
Oregon, y más específicamente Eugene, es la cuna del Atletismo, por eso para muchos participantes este Mundial no era uno más. Pero para Muñoz eso no significó una presión extra sino que lo tomó como una motivación. “Fue soñado”, remarcó
Llegar a la cúspide no es fácil en un país como Argentina, donde el deporte amateur queda relegado y necesita ayuda externa para subsistir. Sin embargo Muñoz destacó la ayuda del Enard (el ente máximo de alto rendimiento en el país), que cubrió los gastos de viaje al Mundial y a sus sponsors (Nike, Herbalife Nutrition y la Municipalidad de Esquel, entre otros) que siempre lo apoyan en cada viaje que realiza.
Por último el atleta de 27 años halagó a su actual entrenador, Rodrigo Peláez, y a su primera maestra, Andrea Lacerva, quienes fueron, y son, muy importantes en lo deportivo y en la vida. Además habló de sus planes futuros, que tiene la media Maratón de Buenos Aires en el horizonte: Lo que se viene es seguir representando al país. Este año voy a estar en el medio maratón de Buenos Aires que es el sudamericano, el 21 de agosto.
“No trato de planear mucho sino que prefiero vivir el día a día e ir viendo qué es lo que va sucediendo. Te puedo dar muchas ideas de lo que pienso hacer más adelante pero si no voy cumpliendo los pasos uno por uno sería como autopresionarme. Uno siempre sueña con representar a su país. De alguna manera ya lo he hecho y sueño con seguir haciéndolo. Vengo de correr una Maratón y en menos de un mes (el 21 de agosto) ya vuelvo a representar a mí país con mucho orgullo y entusiasmo. Ojalá que siga siendo así durante muchos años”, deseó.
No lo despierten de este sueño
Muñoz creció en el campo y allí nació su extraño apodo para el nombre que lleva. “Coco”, explicó el atleta, se le ocurrió a su papá cuando lo vio que disfrutaba mucho levantarse temprano y estar con las gallinas y cantar junto a ellas a las cinco de la mañana. “Cocorocó gritaba y entonces mi papá me empezó a llamar Coco y quedó para siempre. Nada tiene que ver con mi nombre, que se lo debo al mejor amigo de mi papá y que me gusta más que por lo original, porque tiene las cinco vocales”, recuerda con nostalgia y risueño Muñoz.
Como a la mayoría de los argentinos, a “Coco” le gustaba el fútbol, deporte que practicó hasta 2012, cuando un amigo lo invitó a una carrera y su vida cambió para siempre. Por obra del destino y casi como un juego, Muñoz empezó a correr y nunca más paró. “Un amigo me invitó a una carrera en Gualjaina y la gané. Fueron 12 kilómetros. Después corrí una media maratón con 16 años en Esquel y me resaltaron el buen tiempo que había hecho. A partir de allí me enamoré de esto, me interioricé en los secretos de las carreras y lo que al principio eran sueños poco a poco se convirtieron en realidades. Estoy contento por haber elegido el mejor deporte del mundo”, contó y afirmó.
“Acá en el sur las temperaturas son controversiales porque las carreras suelen hacerse en climas cálidos y estamos en desventajas en ese aspecto. Pero cada región tiene sus pro y sus contras. Acá lluvia y nieve vamos a tener siempre así que no me hago mucho problema con eso. Me abrigo, salgo a correr y trato de enfocarme en mis objetivos y eso es lo que me da la motivación para levantarme temprano, cuando todos duermen y entrenar”, aseguró.
Las carreras de largas distancias suelen ser muy mentales. El corredor se encuentra por más de dos horas corriendo solo con todos sus temores y vaivenes que pueden aparecer. Pero Muñoz asegura que la Maratón se gana mucho antes de empezarla, con los entrenamientos. Y para eso remarcó tres características que un fondista debe tener para poder progresar: “Son la responsabilidad, la constancia y las actitudes de cada personas. Esas tres son las más importantes para mí, no solo para el deporte, sino para cualquier actividad de la vida”, respondió.
Ya sobre el final, el atleta argentino dejó un mensaje para los atletas que están iniciando su camino en un deporte amateur que en Argentina puede resultar muy frustrante las mayorías de los días. “A los que están empezando les diría que esto lleva tiempo, que no es de un día para otro. Todo se puede, todos podemos lograr nuestros sueños. Hay que rodearse de gente positiva y que tire para adelante con la misma buena vibra siempre ayuda para que todo salga bien”, indicó.
Por último, y ante la consulta de este medio acerca de qué pensaría aquel niño que cantaba junto a las gallinas en el pueblo y que empezaba a correr en el frío de su pueblo al verlo cruzar la meta de Oregon en tiempo record, Muñoz no dudó: “No lo creería. Pero pediría lo mismo que yo pido ahora: ‘no me despierten de este sueño’».