Por Vanesa Valenti – Diario La Nación
La atleta marplatense Florencia Borelli escribió una historia inmensa: terminó segunda en la maratón de los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 y de esta manera se quedó con la medalla plateada de una de las competencias madre del olimpismo. Si bien se perfilaba para subirse a lo más alto del podio, porque lideró la mayor parte de la carrera, en el sprint sintió el cansancio y se vio superada. Nada opaca la tremenda performance de la mejor corredora argentina de los últimos años, que protagonizó un momento que quedará escrito en los libros de la historia de deporte albiceleste: consiguió la primera medalla en maratón femenina para el país y apenas la cuarta, contabilizando hombres y mujeres. Cruzó la meta y se desplomó. La señal inequívoca de que este domingo en las calles de Chile, Florencia Borelli lo dio todo. Y más. “Me siento supercontenta, es mi primera medalla panamericana, estoy superemocionada”, dijo.
Florencia Borelli consiguió una marca de 2h27s29s, a 35 segundos de su mejor registro y récord naconal. Se ubicó a sólo 17 segundos de la mexicana Citlali Cristian, quien concluyó la prueba con récord panamericana 2h27m12s. La peruana Gladys Tejeda, ganadora en Lima 2019, completó el podio con 2h30m39s. Otro dato sobresale de esta maratón, que grafica el nivel y la competitividad: las cuatro primeras rompieron el récord panamericano de hace cuatro años. Y por eso también, pese a esa gran actuación, Flor Borelli, que hasta aquí no pudo ser olímpica, quedó muy cerca de París 2024 (a 6′’), pero no pudo asegurarse la clasificación.
“Salimos a buscar el primer puesto, sabía que había rivales duras pero había que intentarlo. Me quedé sin piernas en el último kilómetro. No esperaba que se corriera tan duro en esta maratón, había mucha humedad”, contó sobre la intensidad con la que se vivió la carrera. Y aseguró: “El año que viene en Sevilla (tradicional maratón de esa ciudad, amigable por recorrido y clima para hacer buenas marcas) intentaremos hacer la marca para los Juegos Olímpicos y ojalá salga algo lindo. Vamos con todo por eso”.
Sobre el desenlace de este domingo, que le dio a la Argentina la sexta medalla en lo que va de la competencia (tres plateadas y tres de bronce), contó: “Fue una carrera dura, me quedé superacalambrada y al llegar me bajó la presión por el esfuerzo, pero estoy bien. Acá juega mucho la cabeza, son muchos kilómetros y el cuerpo quiere parar”.
A Flor Borelli se la vio notoriamente emocionada por el logro histórico, pero con la simpleza que la caracteriza. Para ella, la mayor parte del asunto se resume en lo que la mueve: correr. “Siempre digo lo mismo, pero me gusta correr (también lo hace en pista, en los 3.000 metros), me adapto a todas las distancias y un poco es la mentalidad. Lo que me propongan es un desafío”, explicó. La mamá de Milo, de 8 años, agradeció a su hijo por el apoyo, y se quebró al referirse a los “sacrificios” que deben hacer los atletas de alto rendimiento. Entre tanto, en lo afectivo: “Mi hijo ya entiende todo, esta medalla se la dedico a él y a mi marido. Hay que dejar de lado un montón de cosas, lo que más me duele como madre es el tiempo que se le dedica al atletismo. Le voy a llevar el peluchito (Fiu, la mascota que se les regala a los atletas en la premiación)”.
Por otro lado, la marplatense sumó dedicatoria y agradecimiento a su hermana Mariana, quien también forma parte de la delegación y asumirá los 1.500 metros femeninos en la pista del Estadio Nacional de Santiago 2023.
El de Florencia Borelli hasta esta medalla fue un camino largo, pero que derivó en la satisfacción única e histórica que le genera haber sido la primera maratonista mujer en conseguir subirse a un podio panamericano. Por eso, si bien lideró la mayor parte de la prueba, no tiene sabor amargo por no haber llegado al oro. El atletismo argentino sabe lo duro que es conseguirlo y en esta disciplina cada medalla, más allá del metal, se siente como tal.
El legendario Delfo Cabrera fue de hecho el único que logró colgarse una medalla dorada panamericana en esta disciplina (también fue campeón olímpico en Londres 1948), al quedarse con el primer lugar en la primera edición, realizada en la Argentina, Buenos Aires 1951. Detrás suyo se ubicó Reinaldo Gorno, con una plateada. Hubo que esperar hasta Toronto 2015 para volver a ver a un maratonista argentino en la premiación: fue Mariano Mastromarino, quien consiguió llevarse la de bronce.
En agosto dio la gran señal
En agosto, Florencia Borelli, de 30 años, hizo también historia en la media maratón de Buenos Aires, al ganar la medalla dorada e imponer un nuevo récord sudamericano (1h9m26s, la prueba la había liderado la etíope Ababel Yeshaneh Brihane.). Dijo que años antes pensó que no podría lograrlo, hasta que lo hizo: “Una siempre se entrena duro, a veces sale y a veces no, esa es la diferencia”, declaró. Y agregó que en la previa no suele sentir mucha ansiedad: “Soy como muy relajada, hasta pareciera que no tengo ganas de correr antes de hacerlo. Me nace así desde siempre, ya sea Buenos Aires o un Mundial o en Juegos Olímpicos…”.
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