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(Fuente: AtletismoSudamericano y W.Athletics)

Si las competencias atléticas de los Juegos Olímpicos de Tokio ya tenían reservado un sitio de honor en la historia de nuestro deporte -por su calidad y emotividad- el cierre de pista y campo, este sábado 7 de agosto, no se quedó atrás, fue el merecido. Ahora sólo resta el maratón masculino, que se largará a las 6 de la mañana del domingo (hora de Japón, las 18 del sábado 7 en Argentina) en Sapporo, con la participación de diez corredores sudamericanos y la presencia estelar del recordman mundial, Eliud Kipchoge, quien buscará la hazaña de su segundo oro consecutivo en la distancia. Entre los participantes del maratón estarán los argentinos Joaquín Arbe y Eulalio Muñoz.

La holandesa Sifan Hassan hizo historia con su doblete de fondo (sumado al bronce de 1.500), el joven superstar noruego Jakob Ingebrigtsen doblegó a Tim Cheruiyot en los esperados 1.500 con marca olímpica, la rusa Lasitskene postergó a la nueva generación del salto en alto, Neeraj Chopra se confirmó como el primer campeón de atletismo surgido de la India en los Juegos. Y Estados Unidos encontró, en sus poderosos relevos 4×400, un consuelo a sus frustraciones en las pruebas de velocidad, donde habitualmente dominaba.

En el campo masculino, Estados Unidos ganó el relevo largo más fuerte del historial ya que los siete primeros corrieron por debajo de los 3 minutos. La cuarteta estadounidense contó con dos de los finalistas de la individual (Michael Cherry y Michael Norman para el arranque), siguió con Bryce Dadmon y cerró con Rai Benjamin, el excepcional subcampeón de los 400 vallas. La marca de 2m55s70 que les dio el triunfo sólo ha sido superada tres veces por otros equipos de su país. Holanda se alzó con la medalla de plata en 2m57s18 y el bronce quedó para Botswana, esa nación africana que ya venía ofreciendo grandes especialistas en la distancia y que ahora lo concreta en el escenario mayor. Luego estuvieron Bélgica (4° con 2m57s88), Polonia (5° con 2m58s46), Jamaica (6° con 2m58s76) e Italia (7° con récord nacional de 2m58s81), cerrando Trinidad Tobago con 3m00s85.

Y también en damas, el escuadrón USA ofreció un equipo estelar: la campeona y recordwoman mundial de los 400 vallas (Sydney McLaughlin), seguida por la gran Alison Felix (bronce individual de 400), Dalilah Muhammad (subcampeona de vallas) y Athing Mu (la juvenil campeona olímpica de 800 y que ahora corrió un parcial de 48s3 para la vuelta a la pista). Triunfaron ampliamente con 3m16s85, el mejor registro mundial en casi tres décadas, seguido por Polonia con 3m20s53 y Jamaica con 3m21s24. Y en el caso de Felix sirvió para incrementar su cuenta total de medallas olímpicas hasta 11 (con seis doradas), un número que ningún otro atleta ha logrado en el historial olímpico.

Los 1.500 metros llanos constituían uno de los platos fuertes de estos Juegos Olímpicos con la joven estrella noruega Jakob Ingebrigtsen y el defensor del título, el keniata Timothy Cheruiyot. Hace pocas semanas en una de las etapas de la Diamond League, pero en 5.000 metros, su otra especialidad, Ingebrigtsen había logrado superar por primera vez a los créditos africanos. Ahora el desafío era aún mayor, ya que Cheruiyot lo había superado en sus doce encuentros anteriores. Sin embargo, la táctica, la decisión y el estado de forma de Ingebrigtsen le dieron la victoria con récord olímpico de 3m28s32, mientras Cheruiyot esta vez debió conformarse con la medalla de plata en 3m29s01, quedando el bronce para el británico Josh Kerr quien, en gran superacióin personal, marcó 3m29s56.

En lanzamiento de jabalina, hubo sorpresas, con la consagración del indio Neeraj Chopra, y más aún por la baja del gran favorito, el alemán Johannes Vetter.

Chopra tenía antecedentes importantes como el título de los Juegos de la Commonwealth, pero Vetter parecía imbatible, tanto por su regularidad sobre los 90 metros -en 2020 estuvo a sólo 62 cm del récord mundial de Zelezy con 97.76 en Silesia, este año tiró 96.29- como por sus 19 triunfos consecutivos en pruebas internacionales. Sin embargo, esta vez el alemán marcó 82.52 en el primer disparo y nulos en los dos siguientes, quedando sin opciones para resolver entre los ocho primeros (fue 9°). Chopra fue dominante de entrada con 87.03 y colocó los 87.58 ganadores en le segundo intento. Le acompañaron en el podio dos checos: Jakub Vadlejch (86,67) y Vitezslav Vesely (85,44). Este último ya había sido campeón mundial en Moscú 2013 pero ahora tuvo que producir su mejor tiro de los últimos ocho años para volver al podio.

El salto en alto femenino fue muy reñido, pero la rusa Mariya Lasitskene complementó su gran campaña con el único título relevante que le faltaba, tras haber ganado tres Mundiales outdoor y dos indoor, además de presentar credenciales con sus 2.06 desde Doha. Lasitskene venció ahora con 2.04 m. que pasó en segunda tentativa y aventajó por dos centímetros a la australiana Nicola McDermott, quien fijó un record oceánico. El bronce, muy sufrido, fue para la joven y ascendente ucraniana Yaroslava Mahuchikh, quien trajinó hasta los 2.00 m. Después de su fulminante ascenso de las últimas temporadas -fue subcampeona mundial en Doha, pasó los 2m en quince competencias y este año logró 2,06 m. indoor- Mahuchik parecía encaminada al gran duelo con Lasitskene, pero no pudo ser. Las ucranianas, de cualquier modo, colocaron a sus tres representantes entre las ocho mejores, quedando cuarta Iryna Gerschenko con 1.98 y octava, Yuliya Levchenko con 1.96, en demostración de la valía de su escuela de saltos.

En los 10 mil metros llanos, después de su semana agotadora, la holandesa Sifan Hassan tuvo el reto final. La esperaba la etíope Letesenbet Gidey quien, el 8 de junio en Hengelo, le arrebató el récord mundial (29m01s03) que Hasan (29m06s82) había logrado apenas dos días antes. En estos Juegos, Hassan ya había ganado los 5.000 llanos y se había llevado el bronce en 1.500 llanos, completando cinco carreras entre eliminatorias y finales. Ahora completó su hazaña con el doblete olímpico (5.000-10.000), algo que sólo tenía el antecedente de la etíope Tirunesh Dibaba en los Juegos de Beijing 2008. Hassan venció con 29m55s32, con mealla de plata para Kalidan Gezahegen, de Bahrein con 29m56s18 y bronce para Gidey en 30m01s72.

Gidey quedó al frente desde los 3.000 metros, escoltada por las kenianas Obiri e Irene Cheptai, con Hassan en el centro. A mitad de carrera, el ritmo impuesto por Gidey (15:08.23) había formado una avanzada de cinco, junto a las kenianas Helen Obiri e Irene Cheptai, Hassan y Gezahegne, aunque las dos primeras se quedaron en el séptimo km.
Nadie le dio un relevo a la etíope y cuando faltaban siete vueltas empezó a sentir el riesgo de Hassan a su espalda. Gidey, que recorría la pista en 70 segundos, Hassan y Gezahegne se aseguraron las medallas con tres kilómetros por delante. La holandesa exprimió el trabajo de Gidey, aguantó el cambio de la etíope al toque de campana y esperó a la última curva para rematarla con facilidad. Obiri terminó cuarta en 30m24s27.