Por LUCIANA ARANGUIZ / CLARIN
El atletismo argentino disfruta de uno de sus mejores momentos. Y una de las principales responsables de este gran presente es Florencia Borelli. La marplatense, afianzada como una de las mejores corredoras de media y larga distancia a nivel nacional y continental, vivió un 2022 extraordinario y con ese envión arrancó 2023 con todo. Amante de los desafíos, comenzó la nueva temporada de una manera distinta, porque tuvo su debut absoluto en competencias bajo techo con muy buenos resultados. Aunque ya proyecta un año de muchísima acción al aire libre, con los Juegos Panamericanos de Santiago como principal objetivo y la cita olímpica de París 2024 como destino final.
«Es inevitable no pensar en París -reconoció en charla con Clarín-. Me siento un poco más cerca de clasificarme que a los Juegos de Tokio, más en maratón. Me gustaría clasificarme y llegar con una muy buena marca en esa prueba».
Borelli le apunta con todo a correr los 42,195 kilómetros en la cita francesa. Por eso, aunque tenía asegurado un cupo en los 10 mil metros para los Panamericanos, por haber ganado esa prueba en los Odesur de Asunción 2022, en la capital chilena competirá en la prueba más dura y difícil del atletismo.
«La pista siempre me tienta, pero está esa famosa frase que dice: ‘Todo no se puede’», comentó, entre risas.
«Este año voy a correr en pista hasta octubre (NdR: Aunque dirá presente en los 10 kilómetros de Vicente López, el 12 de marzo). En mayo tengo los Grand Prix y el Nacional. De junio a agosto, vamos a ir a Europa a competir al aire libre, esperando poder clasificar al Mundial de Budapest. Y después vamos a enfocarnos en el maratón de cara a los Panamericanos. Quiero bajar mi marca y conseguir un buen tiempo, para llegar muy bien a París», avisa.
La marplatense es dueña de la mejor marca nacional en esa distancia, con las 2h26m54 que consiguió hace poco más de doce meses en Sevilla, en el arranque de un 2022 en el que se cansó de celebrar logros inéditos.
En abril se convirtió en la primera sudamericana en correr los 3 mil metros en menos de 9 minutos, cuando marcó 8m59s10 en Mar del Plata. En mayo se coronó en el Medio Maratón del Iberoamericano de La Nucía, España. En junio, en Manchester, se colgó el bronce en los 5 mil con 15m23s83, nueva plusmarca nacional. A fines de julio terminó segunda en los 3 mil metros en Memphis y mejoró su récord argentino y sudamericano, con 8m53s89. Y en agosto finalizó séptima en los 21 kilómetros de Buenos Aires y se coronó campeona argentina y sudamericana en esa distancia con un tiempo de 1h09m31, nuevo récord nacional y continental.
Este año siguió en racha. A fines de enero, fue oro en los 1.500 en el Meeting Internacional de Valencia, en la primera competencia de su carrera bajo techo, con 4m17s94 y estableció un nuevo récord argentino, que rompió días después Fedra Luna Sambrán (4m12s95). Y en febrero consiguió su mejor registro en los 3 mil indoor en Val-de-Reuil, Francia, con 8m58s59, y mejoró los 8m59s61 que había marcado una semana antes en Lyon.
«Siempre es lindo competir y ni hablar de mejorar marcas personales o récords argentinos y sudamericanos. Aunque también es un arma de doble filo, porque cuando uno no lo logra, no está conforme. Pero esas son las reglas. Yo soy bastante exigente conmigo y eso me empuja a seguir trabajando. Entiendo que a veces se puede y a veces no, porque el cuerpo no es una máquina, pero busco constantemente bajar mis tiempos», reflexionó.
-¿Te suma presión ser una referente en tu deporte?
-Presión por ser referente, no, gracias a Dios. Creo que lo único que me genera presión a la hora de competir es dejar tanto tiempo a mi hijo, porque siento que tengo que hacer que eso valga la pena. Siempre cuesta dejarlo, pero Milo ya es grande (nació en 2015), entiende todo y prácticamente me echa de la casa cuando tengo que ir a competir (risas). Y eso hace que todo sea más fácil. Creo que en mi caso, al menos, que el cuerpo responda o no durante la competencia no tiene que ver tanto con lo emocional, porque como corredora soy bastante fría. Entonces nunca sentí presión en ese sentido. Sí me encanta que me vean como referente, aunque no me creo ejemplo de nada. Pero si me ven como ejemplo para motivarse a entrenar y llevar una vida sana, buenísimo. Y me gusta ser el puente para las próximas generaciones. A veces en Sudamérica es un poco más complicado competir y llegar a esos niveles, pero tenemos mucho talento.»
-¿Cuáles son las razones de tu explosión en las últimas temporadas?
-Quizás fue una acumulación de experiencia. A veces una se prepara para correr en determinados tiempos en un año, no los logra y necesita otra temporada. Tal vez a mí se me acumuló un poco eso y exploté el año pasado. Y además de entrenar y de la nutrición, hay un trabajo mental muy grande que implementé en el último tiempo. La mayoría del éxito viene por el lado de entrenar duro, pero vengo haciendo también mucho hincapié en la cabeza, en la mentalidad, y eso me fortaleció mucho.
-No son muchos los atletas que pueden pasar de correr 3 mil metros a correr un maratón en cuestión de semanas o meses, y conseguir muy buenos resultados. ¿Por qué lo podés hacer?
-Quizás porque desde chica, mi entrenador (Leonardo Malgor) me hacía competir en todas las pruebas. A mí me gusta correr, aunque hay pruebas que gusten más que otras. Además me encantan mucho los desafíos. Así que me adapto y rindo bien. No tengo problemas. Si hay que correr, vamos a correr cualquier distancia.
-Si tuvieras que elegir una distancia, ¿elegirías el maratón?
-Los 3 mil y el maratón son mis favoritas, aunque son muy distintas. El 3 mil es explosivo y desde chica siempre me fue bien en esa distancia. Y el maratón, desde que lo corrí en Buenos Aires en 2021 me pareció un desafío físico terrible. Me encanta. Este años quiero dar otro salto de calidad en esa prueba. Es lo que estamos buscando.
«Ojalá el atletismo argentino pueda sumar medallas en Santiago»
Florencia Borelli es la gran figura del enorme presente que vive el atletismo argentino, pero no es la única.
El año pasado, en el Iberoamericano en el que la marplatense fue oro en medio maratón, se sumaron además otras diez medallas: la dorada de Belén Casetta en 3 mil con obstáculos; las platas de Fedra Luna (5 mil), Daiana Ocampo y Antonio Poblete (medio maratón) y José Zabala (1.500); y los bronces de Franco Florio (100), Elián Larregina (400, con récord nacional), Julián Molina (5.000 y 3 mil con obstáculos) y Germán Chiaraviglio (salto con garrocha).
Y en los Juegos Suramericanos de Asunción se cosecharon nueve oros (además del de Borelli en 10 mil; los de Florio en 100, Larregina en 400, Federico Bruno en 1.500 y en 5.000, Chiaraviglio en garrocha, Luna en 1.500 y 5.000 y Casetta en 3 mil con obstáculos), cuatro platas (Bruno de Genaro en 400 con vallas, Florencia Lamboglia en 100, Mariana Borelli en 1.500 y Ocampo en 10 mil) y dos bronces (Nazareno Sasia en bala y Joaquín Gómez en martillo), para que Argentina terminara segunda en el medallero de ese deporte, detrás de Brasil.
«Hoy en Argentina tenemos muchas buenas corredoras de fondo, como mi hermana Mariana, Daiana y Fedra. Y hacemos frente. Estoy orgullosa de las atletas que hay a nivel nacional. Siempre vamos por más y eso está bueno», analizó Borelli. «También hay chicos como Florio y Larregina que son súper talentosos. Y está buenísimo, porque en Argentina la velocidad siempre era más difícil. Siempre éramos más fondistas que velocistas», agregó.
A la hora de buscarle un porqué a este buen momento, la marplatense aseguró: «Es un poco el acompañamiento del ENARD, que motiva un montón, porque te permite hacer campamentos y entrenamientos, afuera algo que antes no era posible. Eso obviamente es consecuencia de los logros, pero está bueno. Y creo que otro poco es por la competencia que se genera entre atletas. Estamos todos muy parejos y eso hace que vos nunca dejes de entrenar duro, porque el otro o la otra está a nada de tus marcas. Y así seguís mejorando. Yo siempre digo que cuanto más parejo es el nivel de todos, hay más crecimiento».
-¿Cómo ves el seleccionado argentino de cara a Santiago 2023?
-Muy bien. En los Odesur el año pasado se demostró que el equipo está fuerte. Esperemos que pase lo mismo en Santiago, aunque sabemos que el nivel en los Juegos Panamericanos es otro. El atletismo argentino está pasando uno de los mejores momentos de su historia. Ojalá pueda cosechar medallas. Vamos a ir todos por ese objetivo.