Por Ezequiel Brahim / Diario La Nación
Las páginas de estadísticas de la Maratón de Buenos Aires 2023 dirán que Cornelus Kiplagat fue el primer hombre y Rodah Tanui la primera dama, sus tiempos y todos los resultados de los podios. Pero entre esas líneas aparecen los números del padre que tuvo que jugarle piedra, papel y tijera a su hijo desde casi 3000 kilómetros de distancia para que no estuviera triste, de la madre e hija maratonista, y de la promesa de completar los 42,195 metros para que Argentina saliera campeón, en monopatín. Nada de eso se podrá leer en las estadísticas de la Maratón de Buenos Aires, pero sí en esta nota que mira atrás de los podios.
“Le dije, es mejor que salgas lento y rematar arriba, le dije, pero no es muy obediente”, rezonga Javier Carriqueo, atleta olímpico y entrenador de David Rodríguez, “ quien salió rápido y lo pagó al final… Pero bueno, es una experiencia, mejoró su marca y eso es lo importante. Así que habrá que hacer ajustes ahí”. Su discípulo lo reconoce: “Sí, se hizo pesado arriba. Ahí en cuando pienso, ¿por qué hago esto? Y encuentro los motivos para sufrir”.
Rodríguez, el atleta de Adidas, admite que a partir del kilómetro 27. se le puso cuesta arriba la carrera. Es que 15 kilómetros son muchos cuando el cuerpo no quiere más dolor. Aunque en esos momentos es cuando recuerda los motivos que lo llevaron ahí. “Yo ya tengo 31, me quedan unos pocos años para descubrir qué tan rápido puedo correr”, explica David. “Por eso esta carrera la venimos preparando desde principios de año y ya casi los últimos dos meses, en Salta [a unos 2700 km de su casa en Comodoro Rivadavia]. Nahuel [su hijo de 6 años] me parece que es el que más siente la separación. Yo cuando estoy en casa lo llevo y traigo de la escuela, también vamos juntos a la pileta. Por eso, si él está medio caído, uno debe mostrarse fuerte, para no transmitirle, y en cambio tratar de sacarle una alegría, aunque sea por celular”.
El atleta que este domingo fue el primer argentino en cruzar la meta del Maratón de Buenos Aires y también con ello consagrarse campeón nacional, explica su estrategia: “A veces hacemos piedra, papel o tijera por videollamada. O la madre me ayuda con el celular y jugamos a la escondida. Creo que son cosas que achican cierta tristeza… también es parte de esto, y las tenemos que afrontar”.
David Rodríguez marcó 2h17m23s para quedar 8° en la general, segundo mejor americano, subirse a lo más alto del podio nacional y luego bajar para poder volar el mismo domingo a su casa en Comodoro Rivadavia. Allá lo esperan su esposa, su hija Luna (de 11) y Nahuel, para volver a jugar a las escondidas.
La mejor argentina en la maratón de Buenos Aires
“El año pasado me sentí tan mal que tuve que abandonar…”, no olvida la tandilense Luján Urrutia. “Siempre llego muy bien entrenada, con muchas ganas, con mucha cabeza, pero bueno, a veces las carreras no se dan como uno espera”, analiza sobre la experiencia de 2022. Pero este domingo fue todo distinto.
Luján, la atleta de New Balance, paró el reloj en 2h45m44s para quedar séptima en la general internacional, detrás de tres keniatas y tres etíopes. Y cuando detuvo el tiempo su mente voló a Tandil. “Allá están Abigail [su hija de 9 años] y mi mamá [Elba Velázquez]”. Quienes desde 350 kilómetros estuvieron presentes en los 42 que recorrió Luján para lograr, por primera vez en su vida, ser la mejor argentina en el maratón de Buenos Aires.
Otra argentina que también hizo historia, pero desde la fundación de la maratón, es Stella Maris del Papa. La atleta del club FcMax, en 1981 corrió su primera maratón y la primera de cualquier atleta argentina en el país. Era algo tan inédito que le hicieron firmar una hoja en blanco constatando que se hacía responsable de su salud al afrontar los 42 kilómetros. Tan mal no le hizo la distancia, porque este domingo, con 71 años, en Buenos Aires, Del Papa terminó su maratón 82° (no hay error de tipeo, no son 28, son ochenta y dos las maratones que corrió Stella). No fue la primera argentina en llegar este domingo, pero sí la primera en llegar en la historia.
La promesa del monopatín
“Esto se gestó en la previa a la final de la Copa del Mundo”, explica Gonzalo Vivardo, venido desde Lobos. “Estábamos cenando con los chicos y había que hacer una promesa para salir campeones. Primero alguno dijo de correr 21 km, después otro tiró 42, y como para darle un poco más de pimienta yo dije 42, en monopatín”.
-¿Tenés experiencia en competencia con monopatín?
-Había largado en una carrera en Colombia, 28 kilómetros, pero con el monopatín de mi ahijada, de esos que tienen lucecitas en las ruedas. Casi me muero esa vez. Así que ahora fabricamos un monopatín especial para la maratón. Me lo hizo un amigo de Lobos, Simón Quintero. El jueves a la noche recién empezó la obra y el sábado a las cinco y media de la tarde, lo fui a buscar.
-¿Pudiste llegar a probarlo al menos ante de largar?
-Hice 5 cuadras de ida y 5 para volver. Te soy sincero, pensé que hoy no iba a llegar. Así que busqué unos videos a ver alguna técnica. Ahí aprendí a dar cinco pasos con un pie y luego cinco pasos con el otro. Después, una vez que le encontré la mano, fui bastante bien. Además toda la banda de amigos donde salió la promesa vino a acompañar. Son la Scaloneta del monopatín.
-Terminaste la maratón en 3 horas y en monopatín, ¿estás conforme?
-Cumplimos, era lo importante. ¡Y somos campeones del mundo!
Las páginas de estadísticas de la Maratón de Buenos Aires 2023 dirán que hubo récord de inscriptos, superando los 12.000 corredores. De Brasil, Uruguay, Estados Unidos, Costa Rica, Reino Unido, Países Bajos, Australia, Perú, Colombia, Suecia, Bélgica, Chile, Portugal, Kenia, Etiopia y varios países más. Pero ocultará la alegría de Nahuel jugando a piedra, papel y tijera con su papá, de Stella corriendo 82 maratones, y de Gonzalo feliz con el equipo campeón del mundo, arriba de su monopatín.
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