Una nueva era acaba de abrirse para la velocidad en el atletismo argentino. Algo que se venía insinuando con la aparición de jóvenes especialistas como Franco Florio, Matías Falchetti, Nahuel Pinti, Elián Larregina y ese portento llamado Tomás Pablo Mondino, entre otros. En la pista sintética de Cascavel (Paraná, Brasil) Florio concreta la primera de sus grandes aspiraciones al conseguir la medalla de plata de los 100 metros llanos en el Campeonato Sudamericano u23 con un nuevo récord nacional de 10 segundos y 11 centésimas, dejando atrás los 10s.23 que Carlos Gats consiguiera el 17-7-1998 en el Iberoamericano de Lisboa y que el bahiense Gabriel Antonio Simón igualara un año después (25-6-99 en la altitud de Bogotá).
Florio concretó su hazaña al llevarse la medalla de plata en este campeonato, en ajustado duelo con el defensor del título, el brasileño Erik Felipe Barbosa Cardoso, quien marcó 10s.08, quedando el bronce para el juvenil colombiano Ronal Longa con 10.30 y el cuarto puesto para otro brasileño, Lucas Rodrigues da Silva, con 10s31. La velocidad del viento fue de 0,5 m.s a favor y Florio ya había mostrado que se encontraba en óptima forma al correr las eliminatorias en 10.20, aunque con viento a favor de 2,4 ms.
Con su marca de ayer, Florio se ubica como el cuarto mejor velocista sudamericano de esta temporada (una lista que lideran tres brasileños: Rodrigo Pereira do Nascimento con 10s.04, Felipe Bardi dos Santos con 10s04 y el citado Erik con sus 10s.08).
En el historial de los Campeonatos Sudamericanos u23 -surgidos hace casi dos décadas en Barquisimeto- el único argentino que había llegado al podio de los 100 metros era Otilio Rosa, subcampeón en Cuenca 2018 con 10s.50. Florio había participado el año pasado en Guayaquil, ocupando el sexto puesto con 10s.58.
A nivel de mayores, el atletismo argentino había logrado ocho títulos en Campeonatos Sudamericanos, pero el último de ellos hace más de 70 años, en 1947 con Bönnhoff. Desde entonces, el único que llegó a una medalla de plata fue Pedro Bassart en 1971, mientras que el último en alcanzar una medalla de bronce fue Carlos Gats en 1997. La aparición de Florio, Mondino y otros jóvenes valores ilusiona con revertir esa situación y con devolver a la velocidad argentina a los primeros planos de la región.