Fuente: Olé Running
Con 23 años, Julián Gaviola es una de las esperanzas del atletismo argentino en la prueba de 800 metros. Su sueño, como el de la mayoría, es llegar a una cita olímpica, pero tiene una motivación extra, imitar a su madre, Liliana Mariel Góngora, que en los Juegos de Los Ángeles 1984 corrió en los 1500 metros.
Atleta federado por San Lorenzo, tiene como objetivo a corto plazo finalizar la temporada corriendo por debajo de los 110 segundos en su prueba. «Tengo fe en lograrlo», le cuenta a Olé.
«Mi mamá no quería que haga atletismo» Julián tiene entre sus hobbies tocar la guitarra y, a su vez, estudia Tecnicatura en Ciencias Empresariales en la Universidad Nacional de Quilmes, pero su pasión es el atletismo, justamente el deporte que su madre pretendía que no hiciera. «En mis inicios, ella no quería que lo hiciera. Sabía que era muy sacrificado y muy solitario, pero al verme en el Sudamericano de mayores se alegró mucho», cuenta.
«De más chico sentía como una carga el ser hijo de ella, una atleta olímpica, me autoexigía demasiado y no lo disfrutaba, pero con el tiempo empecé a correr para mí y no me dejé llevar por su figura», rememora el atleta sponsorizado por Puma.
En la participación de Liliana Mariel Góngora en los Juegos de 1984 se dio el hito de ser la más joven argentina hasta ese momento en competir, con apenas 18 años. En aquel entonces los nervios no le permitieron tener un buen rendimiento, pero a la semana siguiente se desquitó y mostró su gran nivel al obtener un récord sudamericano.
«Ella es mi ídola. Tener a una olímpica en tu casa te motiva en todos los aspectos», acota Julián.
Entrenamiento en tiempos de Covid Por la pandemia, Gaviola debió modificar su planificación. El entrenamiento fue más físico que aeróbico, con trabajos de circuito de fuerza. «Al vivir en un edificio, con barbijo subía y bajaba nueve pisos, apuntando a ganar fuerza, pero a muchos vecinos no les gustaba que estuviera ahí, así que debí descartarlo rápidamente», confiesa.
A su vez, también detalla: «El parate de actividades me frenó un buen momento deportivo y todo eso, al no poder entrenar en la pista, se perdió, pero en lo mental me sirvió» La experiencia sudamericana Gaviola no sólo fue parte de la delegación que compitió en el Campeonato Sudamericano, clasificando a la final en los 800 metros, donde fue séptimo.
«La experiencia de haber estado en el Sudamericano de mayores fue muy buena en lo personal y en lo deportivo. En cuanto al resultado, no me salieron las cosas como quería, pero se dieron muchos factores que me impidieron dar lo que apuntaba», reconoce.
Hoy en día, su preparación está enfocada en pruebas complementarias de 400, que le sirven «para ganar velocidad», aunque también tiene en mente comenzar a competir en los 1500.