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El maratón constituye la prueba de mayor tradición para el atletismo argentino dentro de las competiciones olímpicas, ya que fue allí donde se obtuvieron las dos medallas doradas: Juan Carlos Zabala en 1932 y Delfo Cabrera en 1948. También, la medalla de plata en 1952, cuando Reinaldo Gorno escoltó al checo Emil Zatopek en Helsinki. Esa serie de alto nivel concluyó en 1960, con el noveno puesto -y marca sudamericana de 2h.21m.27s.- de Osvaldo Suárez en los Juegos de Roma. Fue el final de una época pero no sólo para el atletismo argentino: la victoria del etíope Abebe Bikila, ratificada cuatro años después en Tokio, marcaba el comienzo de la “era africana” en las carreras de fondo, que se hizo todavía más acentuada en los últimos tiempos. Es decir, el marco competitivo que afrontan los atletas argentinos (y sudamericano) es hoy mucho más duro, a lo que hay que sumar las diferencias -también cada vez más acentuadas- de poderío económico y evolución tecnológica con las potencias atléticas. Es dentro de ese marco que se valora aún más el 31° puesto de Eulalio Muñoz (y también se puede afirmar que Joaquín Arbe cumplió con su nominación). Catorce de los 20 primeros clasificados eran atletas nacidos en países africanos. Simplemente, un reflejo de lo que ocurre en el ambiente internacional de la elite del maratón.

Ya se sabía que por las durísimas condiciones climáticas, entre el calor (26°C al momento de la largada, bordeando los 30 a la llegada) y la humedad, todos los corredores estarían muy arriba de sus marcas. El keniata Eliud Kipchoge, no sólo el rey que retuvo su corona sino el más grande corredor de la historia de los maratones, impuso un gran dominio en 2h.08m.38s, corriendo casi siete minutos por arriba de su récord. Lo mismo, en igual o aún mayor medida, ocurrió con la mayoría de los que llegaron adelante. El ritmo que llevó Muñoz en los primeros tramos de la prueba -46m43s para el pasaje de los 15 km, 1h.05m.57s para el medio maratón- pareció muy fuerte, en esas condiciones. Sin embargo, pudo mantener posiciones y terminar con un registro de 2h.16m.35s que constituye el mejor de un argentino en el historial olímpico (aunque allí no valen demasiado las comparaciones, ya que se trata de distintas épocas, distinto tipo de circuitos y distintos climas). Aún así, también hay que señalar que su 31° puesto constituye el mejor de un argentino en los maratones olímpicos desde la época de Suárez, siendo que hasta ahora sólo Miguel Angel Bárzola -35° en Londres 2012 con 2h.17m.54s- había conseguido una ubicación en esa línea. Arbe, por su parte, salió con un planteo más cauteloso y también, lógico dado este clima. También tuvo su recompensa ya que remontó más de 25 posiciones desde el pasaje del kilómetro 10 hasta la llegada, 53° en 2h.21m.15s.

T anto Muñoz como Arbe vienen de Chubut. Residen en Esquel, aunque desarrollan distinto tipo de preparación. Las restricciones por la pandemia los afectar como a la mayoría de los atletas argentinos, en especial durante el otoño 2020 cuando no se les permitió correr durante varias semanas. Sobre fines de esa temporada, igualmente Muñoz exhibió un espléndido progreso personal y durante el maratón de Valencia se convirtió en el segundo argentino por debajo de las 2 horas y 10 minutos, con 2h09m59s que lo colocaron a sólo 2s del récord nacional de Antonio Silio. Arbe, por su parte, se vio afectado por una pubialgia y recién retomó sus entrenamientos con regularidad a mediados de enero. Otra consecuencia directa de la pandemia, y que se dio para casi todos los atletas en el mundo, fue la escasa posibilidad de competencia. Muñoz sólo dispuso de un 10 mil metros en Córdoba, a mediados de marzo, y el medio maratón Pampa Traviesa donde, bajo un diluvio y corriendo en solitario, mostró que su preparación iba por buen camino: corrió en 1h04m08s, su mejor registro personal. Arbe, en tanto, participó en pruebas de pista del GP Sudamericano en Concepción del Uruguay. Desde aquel momento, no hubo más competiciones para ninguno. Inclusive, la puesta a punto en la altitud -Arbe en Paipa (Colombia), Muñoz en Toluca (México)- se vio retrasada por las nuevas restricciones en los vuelos. Aunque finalmente pudieron disponer de algunas semanas para realizarla, en la previa del viaje a Japón.

Escribió Rodrigo Peláez, el entrenador de Muñoz: “Eulalio (como el resto de los integrantes) dejó el corazón en la preparación y la competencia. Fueron meses de un proceso que le pusimos el alma, decenas de estímulos específicos conformaron nuestro sistema , con la ayuda de tanta gente que nunca olvidaremos. Aún con la pandemia, con la incertidumbre de que pasaría, buscamos incentivos de dónde podíamos para no decaer nunca, cuando lo planificado en la altura parecía caerse y nos retrasaba la puesta a punto en Toluca , sin dudar fuimos a una zona de campo en Lobos y ahí nuevamente gente que nos ayudaba y nos llenaba de energía, después Toluca con Rodolfo Gómez padre e hijo , Andrés Espinoza y todo el grupo que nos acompañó, y así transcurrió toda la preparación, creo q Dios puso a cada persona y permitió cada situación en nuestro camino para llegar fortalecidos”. Y agregó: “Llegó el momento de la competencia y el calor y la humedad hacían estragos en la rama femenina, lo que hacía obligatoriamente repensar en qué hacer desde lo estratégico, era casi unánime no arriesgar, ser prudentes, y largar a parciales muchos más lentos que los habituales, se decía que correr por debajo de las 2,20 con nuestro nivel , sería casi imposible , porque además las chicas habían caído todas prácticamente entre 10 y 15 minutos de su mejor registro”.

En referencia a la carrera, apuntó: “Con Eulalio estábamos alojados en la misma habitación y la noche anterior a correr decidimos no cambiar nuestra forma, y salir a correr como siempre, a todo o nada, lo decidimos así por sabíamos que la preparación realizada era buenísima y nos respaldaba y porque más allá de la actitud teníamos la confianza de cada paso puesta en Dios, de modo que aún saliéndonos mal el motivo nos haría crecer. Yo estaba ubicado en el puesto de hidratación 13, 23 y 33, lo vi pasar las dos primeras veces muy firme, y muy cerca de la punta, en tanto que en el 33 noté que lo estaba dando todo, pero su actitud se mantenía intacta, entonces supe que lo habíamos logrado, que sólo un desastre podía impedirlo. Mientras me comunicaba con mi hermano Matías por el celu y me contaba cómo avanzaba cada kilómetro final me pasaron mil cosas por la cabeza, me acorde de cada kilómetro realizado en Esquel, de cada persona que nos dio una mano, me acorde de los que creyeron en nuestro trabajo y de los que dudaron, pensé en mi familia y amigos, pero lo que rápido me volvió los pies a la tierra fue acordarme que este año por cosas que me toca atravesar fue el más triste que he vivido y que aunque esto ni nada va a poder calmar esa herida al menos logramos darle una alegría a todos los que nos quieren en verdad y en tiempos difíciles pudieron ponerse contentos “.

Y agregó: “Lo habrán escuchado por la radio ahí en Esquel y es yo en ese momento lloré de alegría y de tristeza pero igual le di gracias a Dios por las dos cosas, por dejarme cumplir los sueños y que alcanzarlos no me aleje de mi esencia y comprender que las cosas realmente importantes de la vida van por otro lado. Con respecto a Eulalio en cómo un hermano, tiene el temple para lograr grandes cosas, habrá que ver si lo más conveniente es con nuestro equipo o donde sea, pero creo que ha marcado un camino que no se va a borrar aunque un día lleguen nuevos atletas, aunque sus marcas caigan su forma va a quedar por siempre en el corazón de quienes conocen su manera de ser, de modo que lo felicito y le agradezco por haber confiado en mi trabajo. Estamos conformes, no tenemos ninguna excusa, esto fue todo lo que pudimos hacer esta vez, recibimos ayuda suficiente, de las instituciones y de todos en general, en un país donde hay gente que a veces no tiene para comer se nos ha dado recurso y tratado siempre bien.”

Muñoz también describió sus sensaciones en las redes:

Quiero agradecerles el cariño que nos han brindado todo este tiempo, ni hablar del día Domingo o sábado para ustedes, sepan que todas las vibras positivas y las energías positivas me llegaron y traté de alimentarme lo máximo que pude para darlo todo en la competencia. Gracias por cada mensaje, por cada audio, cada texto que dejaron en mis redes sociales y en la de mi gran entrenador y amigo Rodrigo Peláez, hemos podido cumplir un sueño, el de llegar y poder correr en el maratón olímpico, fue un camino muy largo el que tuve que recorrer y ni hablar el de mi entrenador, a quien le agradezco por ayudarme y enseñarme tanto del atletismo y de la vida. Debo decir que me siento muy feliz por lo que se logró pero más feliz me siento porque vi en varios rostros, en varios hogares, que ustedes estaban felices , que ustedes se alegraron por lo que habíamos conseguido. Sepan que nos llena de orgullo que nuestro esfuerzo vale LA ALEGRIA de ustedes. Muchísimas gracias por todo el apoyo de siempre. Pronto nos vemos en Esquel y en Gualjaina. Excelente semana y por favor, LUCHEN POR SUS SUEÑOS”.

Arbe expresó : “Fue un Maratón muy especial donde me pasaron muchas cosas por la cabeza cuando me paré en la línea de largada se me cayeron unas lágrimas, Largamos con una idea de carrera pero en el kilómetro 13 ya vi a un africano desmayado al costado y eso me preocupó un poco porque ellos están acostumbrados a correr con calor y humedad y a pasar los kilómetros iba cruzando atletas caminando otros desvanecidos y ahí ya solo pensé en regular tratar de llegar bien y cumplir con cruzar la meta.!! Llegué físicamente bien a los últimos kilómetros y no sentí el sufrimiento y ahora queda volver a casa con la familia y planificar lo que sigue, porque esto recién comienza “-

Todo esto sucedió un domingo 8 de agosto de 2021, fecha de clausura de los Juegos de Tokio cuando -en realidad- en nuestro país era la noche del sábado 7… Una fecha símbolo si los hay para nuestro maratón, la fecha en la que Zabala y Cabrera fueron campeones. Y sólo un día antes que Muñoz y Arbe, otra argentina, la recordwoman nacional Marcela Cristina Gómez, también tuvo que luchar frente al mismo rigor climático en el maratón femenino, que pudo completar en 2h.44m.09s. Para el 61° puesto, en una carrera que abandonaron 15 de las 88 participantes.

No fue un maratón más, fue el más difícil de los cinco que hice en mi carrera. Vine con objetivos ambiciosos, trabajé muy duro, seis meses lejos de casa, lejos de mi familia, me dediqué 110% a esto. Me enfrenté a un rival durísimo y despiadado, el clima, y con éste perdí miserablemente. Pero también, ahora puedo decir que yo atleta olímpica”, escribió.