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La jornada vespertina en el día de cierre de este 53° Campeonato Sudamericano de Atletismo, en la pista sintética del Centro Olímpico de Sao Paulo, se había iniciado para la Selección Argentina con el gran triunfo de Carlos Layoy, quien pasó la varilla a 2.23 metros para ganar el salto en alto por primera vez en su extensa campaña. Y se cerró con otras dos medallas de plata (Marcos Julián Molina en los 5.000 metros llanos, Nazareno Sasia en lanzamiento de bala) y una de bronce, con la posta larga.

De este modo, la Argentina -y pese a sufrir a último momento algunas ausencias relevantes- concretó su mejor actuación de los últimos tiempos en esta competición, lo que tiene aún más valor si consideramos el marco competitivo general que se vio por aquí. Argentina totalizó 6 medallas de oro, 4 de plata y 4 de bronce, revirtiendo el bajón de los dos eventos anteriores (Lima 2019 con dos títulos y Guayaquil 2021 con apenas uno) y produciendo una actuación de conjunto tan alentadora como la de Asunción 2017 (6 riunfos, 3 medallas de plata y 5 de bronce). Esos fueron los Sudamericanos de mejor cosecha para la Argentina en las últimas tres décadas. Y algo se venía insinuando por la performance de los últimos Odesur, en Asunción, durante octubre pasado.

El triunfo de Layoy se unió al doblete de la mediofondista Fedra Luna (1.500/5.000) con gran autoridad en ambas carreras, la quinta conquista de Germán Chiaraviglio en garrocha a lo largo de toda su campaña, el fulminante rush de Diego Lacamoire sobre el final de los 1.500 llanos y el retorno de Marcos Julián Molina a su nivel y a su espíritu ganador en los 3.000 metros con obstáculos.

De este modo, Argentina consiguió el segundo puesto en el puntaje de hombres, quedó más abajo en damas (5°) y fue 4° en el puntaje conjunto, detrás de la imbatible potencia regional (Brasil no pierde ninguna categoría desde hace casi medio siglo), Colombia (que recuperó posiciones en la última jornada) y Chile. Este, con el aliciente de la sede de los próximos Juegos Panamericanos de Santiago, también produjo su mejor performance colectiva en largo tiempo.

En esta última jornada, nuevamente Molina fue protagonista, ahora sobre los 5.000 metros. Y su medalla de plata, unida al triunfo del «steeple», lo confirma como un puntal de nuestra Selección, tal como sucediera el año pasado en el Ibero de La Nucía. Esta carrera de 5.000 lo vio en «picante» duelo (una vez más) con un valor como el brasileño Altobeli Santos da Silva, un hombre con títulos panamericanos y finales olímpicas, pero que últimamente se alejó de su especialidad -el steeple- para incursionar en largas distancias, inclusive el medio maratón. Después de un primer kilómetro inicial al comando del peruano Julio Palomino, Altobeli quedó al frente, intentando marcar el ritmo, forzando a veces, ralentando en otras. Pero Molina quedó «prendido» a lo que hiciera el brasileño, aguardando su momento para el cambio de ritmo.  Altobeli cruzó en 8:22.9 el paso de los 3 kilómetros y no cedió la punta, con Molina prendido. Y el otro que resistió junto a ellos, más expectante, era Valentín Soca, un joven uruguayo que entrenó en nuestro país durante la última temporada, antes de radicarse en EE.UU. para una gran temporada en la Baptist California University.

Molina lanzó su ataque al ingresar a la última vuelta, pero Altobeli resistió y recuperó la vanguardia. Soca seguía al acecho. A falta de 120 metros y preparando el ingreso a la recta final, apareció el uruguayo y quebró a sus dos encumbrados rivales. Le daba así a su país su medalla de oro en este Sudamericano con 13:55.42. Molina siguió luchando y consiguió desbordar a Altobeli casi en la meta (13:55.71 a 13:55.91) para uno de los finales más ajustados en carreras de fondo de los Sudamericanos. José Zabala, el otro atleta argentino, había perdido contacto y tuvo que abandonar a falta de tres vueltas.

Juan Ignacio Ciampitti, uno de los velocistas emergentes en la Argentina, consiguió instalarse en la final de los 200 llanos, dominada por este fenómeno llamado Issamade Asinga, de Surinam. Ciampitti terminó sexto en la final con 21.01. En la final de damas de la misma distancia, y tras conseguir su mejor performance personal en las eliminatorias, Florencia Lamboglia fue 7a. con 23.92. Renzo Cremaschi estuvo bien en los 110 metros con vallas coin 14.04 para un quinto puesto, a u na centésima de su marca personal. En salto en largo, Braian López terminó 10° con 7.16, dos puestos por delante de Luciano Ferrari (7.07), en una competencia donde se lució el colombiano Arnovis Dalmero con su récord nacional de 8.29.

Y mientras tanto, en las pruebas de campo, Nazareno Sasia se alzaba con la medalla de plata en lanzamiento de bala. El duelo entre nuestros lanzadores y sus ya clásicos rivales brasileños, se resolvió para los locales.  Esta vez, Wellinton Silva Morais superó con claridad a Sasia, quien recién en su cuarto intentó consiguió los 19.75 que le aseguraban el segundo puesto. Welinton, a esa altura, ya había disparado en cuatro oportunidades sobre los 20 metros, ganando con un muy buen registro de 20.59. La medalla de bronce fue para su compatriota William Dourado Venancio con 19.45. Y Juan Ignacio Carballo quedó 4° con 18.94.

Como es tradición, el relevo 4×400 marcó la despedida del Campeonato. Y a tono con el nivel y las emociones registradas a lo largo de los tres días, esta carrera lo tuvo todo. La puja por el oro se dio entre brasileños y venezolanos. Al llegar al último relevista -Douglas Hernandes Mendes da Silva por los locales, José Maita por los venezolanos- se mantenía la paridad. En la recta final pareció que Douglas encontraba una luz de ventaja, pero Maita -especialista en 800 metros- no cedió y empujó, llegaron al pecho. Recién el fotofinish marcó la (imperceptible) diferencia para Venezuela, que así se llevó la medalla dorada en 3:04.14, apenas una centésima sobre Brasil.

La Argentina presentaba casi la misma formación que había impresionado en la pasada primavera durante el Sudamericano u23 de Cascavel, cuando arrasaron con anterior récord nacional y marcaron 3:04.39: Pedro Emmert para el arranque, Bruno De Genaro en el segundo turno… y un cambio en el tercero. Allí -por una lesión lumbar- no pudo correr Matías Falchetti y su puesto fue cubierto por el «ochocientista» Julián Gaviola. Le entregó el testimonio a Larregina luchando por la tercera posición. Y allí el flamante subcampeón de la individual volvió a exhibir su capacidad y entrega para la prueba, se le cronometró un parcial por debajo de 45s, y confirmó la medalla de bronce argentina en 3:05.76, que constituye así el segundo registro del historial de nuestro atletismo.

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